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martes, 16 de junio de 2015

HOOGERMAN EN HIROSHIMA

Encantados de nuestro paso por la sala Hiroshima de Barcelona.
Tres días donde Hoogerman ha encontrado un espacio fantástico donde habitar y mostrarse en unas condiciones fantásticas.

También han escrito unas palabras sobre el espectáculo en Escena de la memoria:

http://escenadelamemoria.blogspot.com.es/2015/06/hoogerman.html





"La obra del artista digital Hoogerbrugge sirve a la compañía Erre que erre Danza como excusa ideal para seguir investigando como sienta a la danza el contacto con otras disciplinas. Hasta el sábado transforman la Sala Hiroshima en un espacio ultramoderno, a camino entre entre la física tangible del cuerpo en movimiento y la imagen contenedor evanescente.

Hoogerman: el hombre digital que baila.


Tampoco nos tendría que resultar tan extraño imaginar alguna puerta de entrada en el muro que aún ahora separa el mundo digital y el analógico. No en el sentido de un avatar que da una segunda oportunidad al ser oculto detrás la pantalla. Sino un cuerpo transmutado en bytes que viajan por la red, un tipo de transposición física que nos permita acontecer otra cosa diferente a la realidad sensible como ahora la conocemos. Mientras esto no pase, Erre que erre Danza transforma la animación digital del artista holandés en algo experimentable para la limitada capacidad perceptiva del hombre actual, “corporeizada” para la ocasión en la danza precisa y efectista de Mario G. Saez.


El resultado es singular, con un despliegue técnico de proyecciones capaz de crear la sensación de que nos encontramos dentro de un tipo de realidad paralela, contagioso rítmicamente gracias a la música de JPLS y Balago, con una interpretación del bailarín magnífica, llena de matices; y la participación de pequeños recursos escenográficos y de vestuario sorpresa. Hoogerman es una pieza impecable, sin fisuras y llena de armonía interna: un viaje para la imaginación.


La gran cuestión, de todos modos, es saber cuál es el papel que queda reservado a este hombre digital que baila en esta nube, donde las líneas entre realidad y ficción definitivamente parecen agrietarse. Y no es sólo porque sea dudable aquella transformación. Es más bien por esta denuncia que el mismo Hoogerbrugge hace en su web: “Facebook mató mi página”, se lamenta. Todo va ser abrir un perfil en las redes sociales y sin necesidad de publicar nada, empezó a recibir una lluvia inmensa de visitas. Y el contenido? Ah! Este es el problema: que no sé si unas proyecciones perfiladas al por menor, un intérprete de calidad brillante y una música arrebatadoramente buena son suficientes para construir un espectáculo. Y esta es, paradójicamente, la gran calidad de Hoogerman: mostrar sobre el escenario como es de fútil todo ello." .

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